Eucaristía del Miércoles 25 de Septiembre de 2024
Miércoles de la vigesimoquinta semana del tiempo ordinario
Por los familiares y amigos
Propuesta celebrativa
Color: verde
Antífona de entrada Cf. Sal 121, 6. 8
Auguren la paz a Jerusalén, vivan seguros los que te aman. Por amor a mis hermanos y amigos, diré: la paz esté contigo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por la gracia del Espíritu Santo has derramado en el corazón de tus fieles el don de la caridad, concede bondadosamente a tus hijos la salud del alma y del cuerpo, para que te amen con todas sus fuerzas y realicen con amor cuanto te agrada. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
No me des pobreza ni riqueza, dame la ración necesaria.
Lectura del libro de los Proverbios 30, 5-9
Toda palabra de Dios es acrisolada, Dios es un escudo para el que se refugia en Él.
No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y seas tenido por mentiroso.
Hay dos cosas que yo te pido, no me las niegues antes que muera: aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des ni pobreza ni riqueza, dame la ración necesaria, no sea que, al sentirme satisfecho, reniegue y diga: “¿Quién es el Señor?”, o que, siendo pobre, me ponga a robar y atente contra el Nombre de mi Dios.
SALMO RESPONSORIAL 118, 29. 72. 89. 101. 104. 163
R/. ¡Tu palabra es una lámpara para mis pasos, Señor!
Apártame del camino de la mentira, y dame la gracia de conocer tu ley.
Para mí vale más la ley de tus labios que todo el oro y la plata.
Tu palabra, Señor, permanece para siempre, está firme en el cielo. Yo aparto mis pies del mal camino, para cumplir tu palabra.
Tus preceptos me hacen comprender: por eso aborrezco el camino de la mentira. Odio y aborrezco la mentira; en cambio, amo tu ley.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Mc 1, 15
Aleluya.
El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia. Aleluya.
EVANGELIO
Los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 1-6
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para sanar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: “No lleven nada para el camino, ni bastón, ni provisiones, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”.
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y sanando enfermos en todas partes.