Julio 27, 2024

Parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza

Santuario San Sebastian de Panimavida

Eucaristía del Domingo 18 de Septiembre de 2022

Domingo vigesimoquinto del tiempo ordinario
Salterio I
Color: verde

INTRODUCCIÓN

El administrador es una persona que aparece a menudo en las parábolas de Jesús. Tenemos uno “fiel y prudente” que no actúa arbitrariamente, sino que utiliza los bienes confiados a él según la voluntad del propietario. Y tenemos otro que en ausencia del Señor se aprovecha de su posición “y se hace el dueño”, se emborracha y deshonra a los otros sirvientes.

Pero el más vergonzoso es el administrador sagaz del que se habla en el Evangelio de hoy. Esta parábola siempre ha despertado una cierta vergüenza porque, al parecer, el administrador deshonesto es elogiado, cosa que no puede recomendarse a los cristianos. Nosotros esperaríamos que Jesús termine diciendo a sus discípulos que no actúen como ese administrador deshonesto, pero él termina alabando su astucia. Algunos estudiosos de las Escrituras plantean que lo que hizo este administrador es renunciar a las ganancias que a él como administrador le correspondían.  Estas solían ser del 50%. Así él termina optando no por los bienes, sino por fortalecer las amistades. 

Ésta es la verdadera astucia de este hombre. Calculó que los bienes y las riquezas se terminan acabando o diluyendo en malas inversiones, mientras que las amistades permanecen. Él apostó todo por sus amigos. No se trata de entregar todo lo que uno posee, esa no es la relación con las riquezas que quiere establecer el Señor. Se trata de comprender que los bienes son para ayudar y compartir con los demás. San Ambrosio decía: “no debemos prestar atención a las riquezas que no podemos llevar con nosotros, porque lo que dejamos en este mundo no nos pertenece, pertenece a los demás”. Nosotros tendemos a servir a Dios el domingo y a servir “al dinero” el resto de los días de la semana. El Señor nos invita a definirnos. Los bienes y la riqueza son parte de esta definición.

Antífona de entrada 

Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré su Señor para siempre. 

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que estableciste el fundamento de la ley divina en el amor a ti y al prójimo, concédenos que, cumpliendo lo que mandas, merezcamos alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Contra los que compran a los débiles con dinero.

Lectura de la profecía de Amós 8, 4-7

Escuchen esto, ustedes, los que pisotean al indigente para hacer desaparecer a los pobres del país. Ustedes dicen: ¿Cuándo pasará el novilunio para que podamos vender el grano, y el sábado, para dar salida al trigo? 

Disminuiremos la medida, aumentaremos el precio, falsearemos las balanzas para defraudar; compraremos a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias, y venderemos hasta los desechos del trigo.

El Señor lo ha jurado por el orgullo de Jacob: Jamás olvidaré ninguna de sus acciones.

SALMO RESPONSORIAL   112, 1-2. 4-8

R/¡Alaben al Señor, que alza al pobre!

Alaben, servidores del Señor, alaben el Nombre del Señor. Bendito sea el Nombre del Señor, desde ahora y para siempre. 

El Señor está sobre todas las naciones, su gloria se eleva sobre el cielo. ¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que tiene su morada en las alturas, y se inclina para contemplar el cielo y la tierra?.

Él levanta del polvo al desvalido, alza al pobre de su miseria, para hacerlo sentar entre los nobles, entre los nobles de su pueblo. 

SEGUNDA LECTURA

Que se hagan oraciones por todos los hombres, porque Dios quiere que todos se salven.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo   2, 1-8

Querido hijo:

Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque Él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre Él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que Él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad, y no miento.

Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO 2Cor 8, 9

Aleluya.

Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. Aleluya.

EVANGELIO

No se puede servir a Dios y al dinero.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 16, 1-13

Jesús decía a los discípulos:

Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: “¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto”.

El administrador pensó entonces: “¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!”

Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: “¿Cuánto debes a mi señor?” “Veinte barriles de aceite”, le respondió. El administrador le dijo: “Toma tu recibo, siéntate enseguida, y anota diez”.

Después preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?” “Cuatrocientos quintales de trigo”, le respondió. El administrador le dijo: “Toma tu recibo y anota trescientos”.

Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.

Pero Yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.

El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?

Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor:

Por el santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro obispo N. y por todos los demás obispos, por los presbíteros y diáconos; para que cuiden santamente el pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.

Por los jefes de Estado y por los demás gobernantes, por los responsables del bien común y por los que tienen en sus manos las riquezas del mundo; para que fomenten la justicia, el bienestar, la paz y la libertad, roguemos al Señor.

Por los que padecen hambre u otras necesidades, por los que están enfermos o se sienten oprimidos, por los que añoran la patria o viven lejos de sus familias y de sus hogares; para que experimenten el consuelo y la fortaleza de Dios, roguemos al Señor.

Para que Dios nos conceda el gozo del Espíritu, el perdón de los pecados, la perseverancia en la fe y en las buenas obras y la salvación eterna de nuestras almas, roguemos al Señor.

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