Eucaristía Noche buena 24 de Diciembre de 2022
Solemnidad
Color: blanco
TIEMPO DE NAVIDAD
INTRODUCCIÓN
La solemnidad del nacimiento de Jesús es la celebración cristiana más difundida en el mundo. Después de la Pascua, es la segunda fiesta más importante del año litúrgico. Su origen está en el siglo IV, cuando en Roma se comenzó a celebrar el 25 de diciembre, día de la fiesta civil del Sol invicto, que evocaba la victoria del sol sobre las tinieblas en la fecha del solsticio de invierno. Para los cristianos, Cristo es la verdadera luz del mundo.
Condición necesaria para la muerte y la resurrección, la Navidad celebra el nacimiento de Jesús, y con ello la encarnación de Dios. Para redimir al hombre, Dios asumió históricamente la naturaleza humana, que se transformó así en un signo de la redención. En el arco temporal que va del pesebre a la cruz se encierra toda la vida y obra de Jesucristo, el Mesías Hijo de Dios. Su nacimiento es anuncio de paz, causa de alegría y fiesta de la gloria de Dios.
Hay cuatro misas de Navidad: de la vigilia, de la noche, de la aurora y del día. En todas ellas, el signo del pesebre ayuda a celebrar con mayor sentido la fiesta. La adoración del niño es un hermoso gesto natalicio.
Misa de la Noche
Antífona de entrada Sal 2, 7
El Señor me ha dicho: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has iluminado esta santísima noche con la claridad de Cristo, luz verdadera, concédenos que, después de haber conocido en la tierra los misterios de esa luz, podamos también gozar de ella en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Misa de la Noche
PRIMERA LECTURA
Un hijo nos ha sido dado.
Lectura del libro de Isaías 9, 1-6
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín.
Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: “Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz”. Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre.
El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.
SALMO RESPONSORIAL 95, 1-3. 11-13
R/. Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre.
Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos.
Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.
SEGUNDA LECTURA
La gracia de Dios se ha manifestado para todos los hombres.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Tito 2, 11-14
La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. Él se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.
EVANGELIO
Misa de la Noche
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 2, 10-11
Aleluya.
Les traigo una buena noticia, una gran alegría: hoy les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Hoy les ha nacido un Salvador.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 2, 1-14
Apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque donde se alojaban no había lugar para ellos.
En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él!”
Misa de la Noche
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Señor que, siendo rico, se ha hecho pobre para enriquecemos con su pobreza:
Por la santa Iglesia, para que todos sus fieles vivan con alegría y anuncien con valentía el misterio del Hijo de Dios, único Señor y Salvador de todos los hombres, roguemos al Señor.
Para que los que buscan la verdad descubran el Evangelio y acojan con alegría la buena nueva del nacimiento del Salvador, roguemos al Señor.
Por los que en estos días de Navidad lloran la ausencia de los seres queridos, para que no pierdan la esperanza de reencontrarlos en el reino de Dios, roguemos al Señor.
Por los que otros en años celebraban con nosotros las fiestas de Navidad (esta noche santa) y han dejado ya este mundo, para que contemplen en el reino eterno la faz gloriosa de Cristo, el Señor, roguemos al Señor.