Julio 27, 2024

Parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza

Santuario San Sebastian de Panimavida

Eucaristía del Martes 19 de Diciembre de 2023

Martes de la tercera semana de Adviento

Feria de Adviento

Color: morado

Antífona de entrada Cf. Heb 10, 37

El que ha de venir, vendrá sin tardar y ya no habrá temor en nuestra tierra, porque él es nuestro Salvador. 

ORACIÓN COLECTA 

Dios y Padre nuestro, que a través de la maternidad de la Virgen María quisiste revelar al mundo el esplendor de tu gloria, concédenos poder celebrar con fe íntegra y generosa entrega el admirable misterio de la Encarnación de tu Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El nacimiento de Sansón es anunciado por el ángel.

Lectura del libro de los Jueces    13, 2-7. 24-25a

Había un hombre de Sorá, del clan de Dan, que se llamaba Manóaj. Su mujer era estéril y no tenía hijos.

El Ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: “Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo.  Ahora, deja de beber vino o cualquier bebida fermentada, y no comas nada impuro. Porque concebirás y darás a luz un hijo. La navaja nunca pasará por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno materno. Él comenzará a salvar a Israel del poder de los filisteos”.

La mujer fue a decir a su marido: “Un hombre de Dios ha venido a verme. Su aspecto era tan imponente, que parecía un ángel de Dios. Yo no le pregunté de dónde era, ni él me dio a conocer su nombre. Pero me dijo: “Concebirás y darás a luz un hijo. En adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta el día de su muerte””.

La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo.  Y el espíritu del Señor comenzó a actuar sobre él.

SALMO RESPONSORIAL     70, 3-4a. 5-6ab. 16-17.

R/. ¡Mi boca proclama tu alabanza, Señor!

Sé para mí una roca protectora, Señor, Tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque Tú eres mi Roca y mi fortaleza.  Líbrame, Dios mío, de las manos del impío. 

Porque Tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud. En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector. 

Vendré a celebrar las proezas del Señor, evocaré tu justicia, que es sólo tuya. Dios mío, Tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas. 

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya.

Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ven a librarnos, no tardes más. Aleluya.

EVANGELIO

El nacimiento de Juan Bautista es anunciado por Gabriel.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     1, 5-25

En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías.  Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón. Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada.

Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios, le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso.

Entonces se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo. Pero el Ángel le dijo: “No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan. Él será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios. Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto”.

Pero Zacarías dijo al Ángel: “¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada”.

El Ángel le respondió: “Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”.

Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. Él se expresaba por señas, porque se había quedado mudo.

Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa. Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses. Ella pensaba: “Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres”.

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