Octubre 15, 2024

Parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza

Santuario San Sebastian de Panimavida

Eucaristía del Jueves 11 de Enero de 2024

Jueves de la primera semana del tiempo ordinario

Por la familia

Propuesta celebrativa

Color: verde

Antífona de entrada             Cf. Ef 6, 2-3 

Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga vida en la tierra. Éste es el primer mandamiento que contiene una promesa. 

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú quisiste que la familia tuviera en ti su firme fundamento; escucha con bondad nuestras oraciones y concédenos vivir en nuestros hogares las virtudes y el amor de la sagrada familia de tu Hijo unigénito, y así llegar a gozar de los premios eternos en la casa del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Israel fue derrotado y el Arca de Dios capturada.

Lectura del primer libro de Samuel 4, 1b-11

Los filisteos se reunieron para combatir contra Israel. Israel les salió al encuentro para el combate, y acamparon en Eben Ezer, mientras los filisteos acampaban en Afec. Los filisteos se alinearon en orden de batalla frente a Israel, y se entabló un duro combate. Israel cayó derrotado delante de los filisteos, y unos cuatro mil hombres fueron muertos en el frente de batalla, en campo abierto.

Cuando el pueblo regresó al campamento, los ancianos de Israel dijeron: “¿Por qué el Señor nos ha derrotado hoy delante de los filisteos?  Vayamos a buscar a Silo el Arca de la Alianza del Señor: que ella esté presente en medio de nosotros y nos salve de la mano de nuestros enemigos”.

El pueblo envió unos hombres a Silo, y trajeron de allí el Arca de la Alianza del Señor de los ejércitos, que tiene su trono sobre los querubines. Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí, acompañaban el Arca.

Cuando el Arca de la Alianza del Señor llegó al campamento, todos los israelitas lanzaron una gran ovación y tembló la tierra.

Los filisteos oyeron el estruendo de la ovación y dijeron: “¿Qué significa esa estruendosa ovación en el campamento de los hebreos?” Al saber que el Arca del Señor había llegado al campamento, los filisteos sintieron temor, porque decían: “Un dios ha llegado al campamento”. Y exclamaron: “¡Ay de nosotros, porque nada de esto había sucedido antes! ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de este dios poderoso? Este es el dios que castigó a los egipcios con toda clase de plagas en el desierto.

¡Tengan valor y sean hombres, filisteos, para no ser esclavizados por los hebreos, como ellos lo fueron por ustedes! ¡Sean hombres y luchen!”

Los filisteos libraron batalla. Israel fue derrotado y cada uno huyó a sus campamentos. La derrota fue muy grande, y cayeron entre los israelitas treinta mil hombres de a pie. El Arca del Señor fue capturada, y murieron Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí.

SALMO RESPONSORIAL 43, 10-11. 14-15. 24-25

R/. ¡Líbranos, Señor, por tu misericordia!

Ahora, Señor, nos rechazaste y humillaste: dejaste de salir con nuestro ejército, nos hiciste retroceder ante el enemigo y nuestros adversarios nos saquearon.  

Nos expusiste a la burla de nuestros vecinos, a la risa y al escarnio de los que nos rodean; hiciste proverbial nuestra desgracia y los pueblos nos hacen gestos de sarcasmo. 

¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes? ¡Levántate, no nos rechaces para siempre! ¿Por qué ocultas tu rostro y te olvidas de nuestra desgracia y opresión? 

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Cf. Mt 4, 23

Aleluya.

Jesús proclamaba la Buena Noticia del Reino y sanaba todas las dolencias de la gente. Aleluya.

EVANGELIO

La lepra desapareció y quedó purificado.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 40-45

Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: “Si quieres, puedes purificarme”. Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”. En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.

Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: “No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio”.

Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a Él de todas partes.

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