Eucaristía del Jueves 23 de Mayo de 2024
Jueves de la séptima semana del tiempo ordinario
Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote
Fiesta
Color: blanco
Esta celebración fue instituida por el Papa Pío XI como Misa votiva, en su encíclica “Ad catholici sacerdotii” promulgada el 20 de diciembre de 1935. Luego pasó a tener categoría de fiesta. Conmemora el sacerdocio de Jesucristo del cual participan los miembros del clero, como ministros y servidores del pueblo de Dios, a ejemplo de Nuestro Señor.
Antífona de entrada Cf. Sal 109, 4
El Señor lo ha jurado y no se retractará: tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para gloria de tu nombre y salvación del género humano constituiste a tu único Hijo, sumo y eterno sacerdote, concede que el pueblo adquirido con su Sangre, por la participación en su memorial, pueda experimentar el poder de su Cruz y de su Resurrección, Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Mediante una sola oblación, Él ha perfeccionado para siempre a los que santifica.
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 12-23
Cristo, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos debajo de sus pies. Y así, mediante una sola oblación, Él ha perfeccionado para siempre a los que santifica.
El Espíritu Santo atestigua todo esto, después de haber anunciado:
“Ésta es la Alianza que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Yo pondré mis leyes en su corazón y las grabaré en su conciencia, y no me acordaré más de sus pecados ni de sus iniquidades”.
Y si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna oblación.
Por lo tanto, hermanos, tenemos plena seguridad de que podemos entrar en el Santuario por la sangre de Jesús, siguiendo el camino nuevo y viviente que Él nos abrió a través del velo del Templo, que es su carne. También tenemos un Sumo Sacerdote insigne al frente de la casa de Dios. Acerquémonos, entonces, con un corazón sincero y lleno de fe, purificados interiormente de toda mala conciencia y con el cuerpo lavado por el agua pura.
Mantengamos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque Aquél que ha hecho la promesa es fiel.
SALMO RESPONSORIAL Sal. 39, 6ab. .9bc. 10. 11ab
R/. ¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!
¡Cuántas maravillas has realizado, Señor, Dios mío! Yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu ley está en mi corazón.
Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, Tú lo sabes, Señor.
No escondí tu justicia dentro de mí, proclamé tu fidelidad y tu salvación.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Is. 42, 1
Aleluya.
Éste es mi servidor a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones. Aleluya.
EVANGELIO
Hagan esto en memoria mía.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 22, 14-20
Llegada la Hora de pasar de este mundo a su Padre, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo:
“He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios”.
Y tomando una copa, dio gracias y dijo: “Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios”.
Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. Después de la cena, hizo lo mismo con la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes.”.